LA MASTURBACIÓN CON UN JUGUETE SEXUAL
Karla RicaurteShare
El arte de tocarte (y porque un juguete puede hacerlo aún mejor)
Masturbarse es una forma de explorarse. No hay una sola manera de hacerlo porque el deseo no sigue guiones: cambia con el cuerpo, el momento y las ganas. Tocarte es una practica intima que te permite descubrir como responde tu piel. No es solo sexo contigx mismo, es una forma de atención plena.
Y sí, hacerlo con juguetes puede transformar por completo la experiencia.
Cada cuerpo tiene su propio mapa. Hay quienes llegan rápido al clímax y quienes necesitan un poco más de tiempo para reconocerlo. Nadie nos enseña realmente a masturbarnos; lo vamos aprendiendo con la práctica, con curiosidad, y a veces con cierta culpa que poco a poco se disuelve cuando entendemos que el placer también es autocuidado.

Los juguetes son aliados en ese viaje: amplifican las sensaciones, despiertan zonas que creías dormidas y te invitan a jugar sin expectativas. A veces, solo cambiar la textura o el ritmo de una vibración te conecta con nuevas respuestas del cuerpo.
Más allá del orgasmo.
No todos los orgasmos son iguales —ni tienen que serlo. Hay quienes lo viven como un estallido y quienes lo sienten como una ola suave que sube y baja.
Lo importante es entender que el placer no siempre está en llegar, sino en recorrer.
Jugar con un vibrador, un dildo o una succión puede ayudarte a conocer qué tipo de estimulación disfrutas más, y a entrenar tu cuerpo para sentir con mayor libertad. Algunas personas descubren orgasmos más intensos; otras, más rápidos o más profundos. Lo esencial es que cada experiencia te enseña algo sobre ti.
Jugar también es aprender.
Hay quienes usan juguetes porque desean explorar nuevas sensaciones, y quienes los descubren como apoyo para reconectar con su cuerpo después de una etapa difícil.
Algunas personas con vulva encuentran más fácil alcanzar el clímax con vibración en el clítoris; otras, combinando estimulación interna y externa.
Quienes tienen pene también pueden disfrutar juguetes que estimulen con presión, vibración o temperatura.
No se trata de sustituir el contacto humano, sino de ampliarlo: conocerte mejor para luego compartirlo si lo deseas.
Antes de empezar, hay un detalle que marca la diferencia: el lubricante esa textura suave y húmeda convierte cualquier roce. Escoge uno que se lleve bien con tu juguete y con tu piel, y déjate llevar.
Prueba tocarte más allá de tus genitales. Los muslos, el abdomen, el cuello, la espalda, los pezones… el cuerpo está lleno de zonas que pueden despertar el deseo si las miras con curiosidad.

Placer como práctica.
Al hacerlo con frecuencia, aprendes sobre tu propio ritmo, tu energía y tus límites.
Así que sí, el placer se entrena, se cultiva y se expande.
Beneficios de la masturbación
- Reduce el estrés y mejora el estado de ánimo.
La actividad sexual en solitario y el orgasmo liberan neurotransmisores como endorfinas y oxitocina que ayudan a reducir el estrés y producir relajación. - Puede mejorar la calidad del sueño.
Encuestas y estudios de diario muestran que muchas personas reportan dormir mejor tras la masturbación u otras actividades sexuales, y algunas investigaciones objetivas apuntan a mejoras en parámetros de sueño. - Favorece la autoconciencia sexual y la habilidad orgásmica.
La masturbación es una vía de aprendizaje: ayuda a identificar qué tipo de estimulación funciona para cada persona, lo que puede traducirse en mayor satisfacción sexual en pareja o en solitario. Estudios poblacionales y revisiones lo respaldan. - Ayuda en el manejo de síntomas en ciertas etapas (ej. menopausia).
Estudios recientes y encuestas sugieren que la masturbación puede aliviar síntomas como trastornos del sueño, cambios de humor y molestias asociadas a la menopausia, y que muchas mujeres la considerarían como herramienta terapéutica. - Puede ser una estrategia de afrontamiento válida (pero con límites).
Investigaciones muestran que algunas personas usan la masturbación para regular emociones y reducir ansiedad; sin embargo, si se vuelve compulsiva y causante de problemas reales, es aconsejable consultar a un profesional.
La masturbación en la soltería.
Muchas personas solteras disfrutan usar juguetes para conectar con su placer. Algunos evocan la sensación de estar con alguien —un dildo, una funda o un masturbador pueden recrear el contacto de una pareja—, mientras que otros simplemente intensifican la experiencia cuando el cuerpo lo pide.
Aun así, tener pareja no garantiza el orgasmo. Para muchxs, el placer más profundo llega en soledad, sin distracciones y con total libertad.
Explorar tu cuerpo es una forma de conocerte. Si aún no sabes qué te excita o cómo llegar ahí, la clave está en probar, sentir y aprender. No hay nada “roto” en ti: solo estás descubriendo tu propio lenguaje del placer.
Masturbarte con juguetes sexuales, tengas o no pareja, te invita a explorar sensaciones distintas, descubrir lo que realmente te gusta y reconocer tus propios límites.
Orgasmos más intensos
Algunos juguetes te ayudan a llevar la excitación un poco más lejos, a jugar con el límite y sentir cómo el placer crece antes de soltarlo. Al combinar distintas zonas del cuerpo, el orgasmo puede volverse más profundo, intenso y completamente envolvente.
Da rienda suelta a tus fantasías
El placer no siempre es suave… a veces también pide intensidad. Si te gusta explorar lo prohibido o jugar con sensaciones más fuertes, hay juguetes que pueden acompañarte en ese terreno: desde la estimulación anal hasta experiencias más atrevidas que despiertan nuevas zonas de placer.
Placer con enfoque femenino
Quienes tienen vulva suelen disfrutar más cuando el clítoris es protagonista. Los vibradores y juguetes que combinan estímulos —internos y externos— pueden abrir la puerta a orgasmos más fáciles, profundos y variados. Lo que aprendas a solas también puede transformar tus encuentros con otrxs.
Placer en clave masculina
La masturbación masculina también puede ir mucho más allá del movimiento automático o rutinario. Explorar con juguetes —como fundas, masturbadores o anillos— abre un mundo de sensaciones nuevas: desde una estimulación más envolvente hasta la posibilidad de jugar con la temperatura o la presión.
Más allá del placer físico, conocer tu propio ritmo y descubrir qué te enciende ayuda a conectar con tu cuerpo y a disfrutar del sexo (en solitario o en pareja) de forma más consciente y placentera.
Masturbarse en pareja
Compartir la masturbación con otra persona puede ser una experiencia profundamente íntima. Permite explorar sin la presión del coito, descubrir lo que le gusta al otro y observar cómo reacciona el cuerpo desde un lugar de curiosidad y deseo.
También ayuda a fortalecer la confianza y la comunicación sexual, abriendo la puerta a nuevas formas de disfrutar juntos: sincronizar el ritmo, usar juguetes compartidos o simplemente mirarse mientras se tocan.
El placer compartido no reemplaza el individual, lo amplifica.
Esto apenas empieza…
Háblame si quieres saber qué juguete puede llevar tu placer más lejos.Normalizar el deseo también es explorarlo con libertad.
